La otra mirada

01 julio 2006

Palabrolocausto

Un día se pusieron a pelear las palabras y quedó la cagá. Las palabras aprovecharon de agarrarse entre ellas y desde ahí no pararon más, una cosa llevó a la otra y entonces sucedió lo terrible: empezaron a matarse unas a otras y ahí si que nadie entendía nada.

Todos saben que las palabras se van muriendo y después ya nadie las ocupa salvo para hablar de genealogía o para decir que están muertas, pero eso pasa con los años y todos saben que agonizan y agonizan. Cuando eso pasaba, todas las palabras las pasaban a ver y se despedían de ellas, hasta que al final ya se morían y en esos casos la familia no se hacía problemas, pero de asesinados nada... hasta que pasó...

Uno dice: ¿cómo las palabras no son capaces de convivir? ¿acaso los antónimos no pueden vivir en el mismo mundo?, bueno la cosa no fue problema entre los antónimos, esas palabras se caían re bien: uno las ve carretiando juntas y una grita: Flaco! y la otra Gordo! y no paran de reirse.

El problema son las sinónimas que no se aguantan, las homófonas que tienen una homofobia que ni te cuento... es terrible. Así todo se puso mal, se agarraban a combos, decían que algunas se juntaban con los garabatos, empezaron a inventar a sus rivales como palabras compuestas con palabras conocidas como más charchas o de poco prestigio, pero hasta ahí todo más o menos normal... hasta que una mató a otra y fue terrible... de ahí no paró más, la cosa se extendió y se perdió el control y ya no habían frases frases armoniosas ni palabras templadas que compusieran la cosa.

Cuando el conflicto se extendió, las palabras faranduleras y las mal formadas fueron las que siguieron, por una cuestión de limpieza étnica. Pero a falta de otras palabras ya muertas, éstas se reproducen como locas, no hay como controlarlas y empiezan a salir por todos lados.

Con los garabatos eso si, nadie se metió. Ninguna es tan tonta como para meterse con ellos. Tratai y tratai y siempre salen por todos lados, no hay caso y no hay que meterse con ellos. Ellos viven en su propio mundo y a veces saben comportarse, aunque de cuando en cuando se salen de madre.

Descuidados por los líos internos, las fronteras se abrieron y entraron palabras como locas. Antes de todo, decían que ellas venían a trabajar, a hacer crecer la economía, que era inevitable, que sonaban mejor, que al final siempre había sido lo mismo, que los antepasados griegos y latinos. Y así nomás, las extranjeras se aprovecharon del pánico y se puso peor la cosa mai frend. Por pura moda llegaron, empezaron con letras cursivas y ya después no tenían ni siquiera una palabra custodia equivalente...

Todo llegó a un punto en el que todos se dieron cuenta que la patria lenguaje se estaba yendo a las pailas y había que tratar de salvarla, ya no alcanzaban para todo lo que había que decir, asi que pactaron la tregua entre los grupos que quedaron y se propusieron empezar a resucitar a las palabras muertas y esto no es fácil, para nada... y toma años y años. Y empezaron algo llamado "la transición" la cual duró muchos años y tal vez sigue durando... y todo por tenerse mala.