La otra mirada

19 mayo 2006

El viaje a un país diferente

Le tomé una foto al avión antes de subir a él, ya que era la primera vez que viajaba. La parte que salió fue la de adelante y se veía al chofer como buscando algo, me di cuenta que miraba arriba y luego abajo y parece que iba tanteando con las manos. Tal vez andaba buscando monedas para el vuelto. A lo mejor ya no tenía, menos mal que compré mi boleto antes.

Cuando ya estaba arriba mi asiento ya estaba ahí, asi que ningún problema. Con esto que me han contado que sobrevenden el avión, yo pensé que mi asiento no iba a estar ahí, o iba a estar sobre algo.

Cuando ya estaba por partir el avión, me di cuenta de una terrible realidad: este avión viajaba exactamente al lugar que yo tenía que ir. Del susto de llegar a donde debía, traté de pararme, pero me agarró el cinturón de seguridad. Tanto me preocupé, que hice sonar el timbre del avión que estaba a un costado de mi asiento para avisar que me bajaba, pero con eso sólo llegó una señorita que me dijo que ya ibamos a despegar y que enderesara mi asiento.

No podía ser, asi que me puse a buscar el freno de emergencia, hasta que lo vi un par de asientos más adelante.

Cuando me iba a parar, el avión empezó a moverse muy rápido y me quedé pegado a mi asiento, entonces escuché la voz de unos niños que se reían y decían: "EEEEEEEh...." y "tengo cosquillas en la pancita..." con un acento musical.

El avión se movía y se agitaba y movía sus alas y los niños seguían con sus "EEEEEh..." "OOOOh..." tan musicales. Ahí me di cuenta que el lugar a donde iba no podía ser malo, aunque fuera a donde tenía que ir. Un lugar donde van niños musicales no pude ser un lugar malo.

Cuando llegué a destino, me di cuenta que toda la gente andaba apurada. Yo, para todo estaba atrasado. Me levantaba en la mañana y ya estaba atrasado una hora.

Todos allá hacían las cosas antes y entonces yo tenía que tratar de seguirles el paso, pero ya me llevaban una hora de ventaja y además tenían la suerte que les había tocado su propio país mientras que a mi me había tocado uno diferente. No sé si aguante el ritmo y eso que yo venía a descansar...

18 mayo 2006

En los aeropuertos

En los aeropuertos la gente es simpática, está bien... no en todos los aeropuertos la gente es simpática, en los países cálidos, los aeropuertos son cálidos.

Sean cálidos o fríos los aeropuertos, la lata es esperar en ellos, ya que es como si no estuvieras en ningún lugar. Los computines te dirían zombie, pero los computines ya son unos bichos raros que a veces están como en un estado de aeropuerto permanente. Pero no hay que desestimarlos poque si, si los computines dicen zombie, es zombie aunque uno piense que está mal.

La lata siempre es esperar, sobre todo en frente de un mesón. Son 25 ó 30 ó 40 ó 50 personas que están esperando por alguien en un mesón vacío para que les mire los boletos y le diga a qué puerta ir. Y estos tipos ausentes no se apuran por nada.

Un día decidí hacer algo y me puse detrás de un mesón. Entonces todos quisieron que los ayudara, supongo que porque andaba de traje y corbata (curiosamente, elegidos para que me tomaran en serio en mi viaje), así que me puse a ayudarlos.

Vieras como empecé a timbrar y a repartir gente. Lo más divertido es que lo hice bien y después nadie estaba atrasado, nadie... nadie hasta que despegó el avión conmigo adentro y como 10 personas más a las que nunca atendí.